proyección oblicua anterior izquierda

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RADIOGRAFIA DE TORAX
La radiografía de tórax sigue siendo una técnica imprescindible en la valoración de los pacientes con cardiopatías. Permite valorar el tamaño de las cavidades y de la aorta torácica, o visualizar la calcificación de algunas estructuras, como las válvulas, el pericardio o las arterias coronarias. El estudio de los vasos pulmonares suministra datos sobre la circulación pulmonar que reflejan estados fisiológicos normales o patológicos. Por medio de la radiografía de tórax se puede reconocer y estimar la gravedad de la hipertensión venosa pulmonar y la hipertensión arterial pulmonar, así como el aumento o la disminución del flujo pulmonar.

En la radiografía de tórax convencional se definen cuatro grados de densidad: el aire aparece negro y el calcio blanco; los tejidos blandos, los vasos sanguíneos y el líquido se visualizan como blancos, pero menos densos que el calcio; la grasa adopta una tonalidad gris, y las estructuras cardiovasculares pueden identificarse sólo cuando forman parte del borde de la silueta cardiovascular que limita con los pulmones llenos de aire.

La foma de la silueta cardiovascular varía con la edad. En la infancia, el timo ocupa una gran parte del mediastino anterior y puede sobreponerse a la aorta y al tronco de la arteria pulmonar. En la adolescencia, el timo no es visible y el tronco de la arteria pulmonar suele ser prominente. En la edad adulta, la aorta puede aparecer más tortuosa y prominente.

Proyecciones
Proyección anteroposterior. En la proyección antero-posterior o frontal el borde derecho de la silueta cardiovascular está formado por la vena cava superior por arriba y por la pared lateral de la aurícula derecha por abajo. Entre ambas puede destacar la aorta ascendente cuando está dilatada. En ocasiones, una pequeña parte de la vena cava inferior puede visualizarse entre el diafragma derecho y la aurícula derecha. El borde izquierdo está formado, de arriba abajo, por el arco aórtico, la aorta descendente, la arteria pulmonar, la aurícula izquierda y el ventrículo izquierdo.

Proyección lateral izquierda. En la proyección lateral izquierda el corazón está situado anteriormente, en contacto con la mitad inferior del esternón. El borde anterior está formado por dos arcos: el superior, constituido por la vena cava superior, la aorta ascendente y, ocasionalmente, el tronco de la arteria pulmonar, y el inferior, más largo y prominente, constituido por el ventrículo derecho. El borde posterior lo forman, en la parte superior, las venas pulmonares y la aurícula izquierda, y en la parte inferior, la más larga, el ventrículo izquierdo y la vena cava inferior. En esta proyección la aurícula izquierda y el esófago están íntimamente relacionados, por lo que la dilatación de esta cavidad puede desplazar el esófago hacia atrás.

Proyección oblicua anterior derecha. Con el paciente sentado, con la espalda formando un ángulo de 45А, los ventrículos se visualizan longitudinalmente y el surco AV en perfil. La proyección oblicua anterior derecha permite visualizar claramente la calcificación de la válvula mitral o la tricúspide. El borde anterior de la silueta cardíaca está formado en la parte superior por el tracto de salida del ventrículo derecho y la arteria pulmonar, y en la parte inferior por el ventrículo derecho. El borde posterior está formado por la aurícula derecha en la parte superior y la aurícula izquierda en la parte inferior.

Proyección oblicua anterior izquierda. En la proyección oblicua anterior izquierda el paciente se sienta formando con la espalda un ángulo de 60А. Las válvulas aórtica y pulmonar se observan de perfil, por lo que puede identificarse con claridad su calcificación. El cayado aórtico también se ve de perfil, con lo que pueden determinarse posibles afecciones. En el borde anterior de la silueta cardíaca se sitúa la aurícula derecha en la parte superior y el ventrículo derecho en la parte inferior. En el borde posterior aparece la aurícula izquierda arriba y el ventrículo izquierdo abajo. Esta proyección es superior a las demás para detectar la dilatación del ventrículo derecho.

Estudio de la silueta cardíaca y de los grandes vasos
Tamaño del corazón. La forma más adecuada de valorar el tamaño del corazón en la radiografía de tórax consiste en medir el diámetro cardíaco transverso y el índice car-diotorácico en la proyección anteroposterior. El diámetro cardíaco transverso se calcula sumando las distancias entre los bordes derecho e izquierdo de la silueta cardíaca y línea media. El índice cardiotorácico es la relación entre el diámetro transverso y el diámetro máximo interno del tórax, medido a partir del borde interno de las costillas. En general, se acepta el valor de 0,5 como límite superior de la normalidad. Varios factores pueden condicionar falsos positivos y negativos, como el grado de inspiración en el momento de obtener la radiografía, alteraciones de la pared torácica como elpectus excavatum o el síndrome de la espalda recta y el enfisema pulmonar.

Crecimiento del ventrículo izquierdo. En el crecimiento ventricular izquierdo aumenta la convexidad del borde izquierdo del corazón en el plano frontal y la punta cardíaca se desplaza hacia la izquierda y hacia abajo (fig. 5-2 A). En grados avanzados puede observarse el desplazamiento posterior del ventrículo izquierdo en las proyecciones oblicua anterior izquierda y lateral. En la proyección lateral, la dilatación del ventrículo izquierdo se valora tomando como referencia la sombra de la vena cava inferior. Si el contorno del ventrículo izquierdo sobrepasa más de 2 cm el de la vena cava inferior puede afirmarse que está agrandado. En los casos de importante crecimiento del ventrículo izquierdo, puede observarse su superposición sobre la columna vertebral en la proyección oblicua anterior izquierda, obliterando el seno cardiofrénico pos-teroinferior. La radiografía de tórax puede sugerir un aneurisma ventricular izquierdo cuando se observa una prominencia localizada de la silueta cardíaca en el ventrículo izquierdo.

Crecimiento del ventrículo derecho. El ventrículo derecho ocupa una posición anterior y, en general, no forma parte del contorno cardíaco en la proyección frontal. Por ello los crecimientos ligeros de esta cavidad no modifican la silueta cardíaca. En crecimientos moderados o importantes el ventrículo derecho desplaza al izquierdo hacia arriba y hacia la izquierda, por lo que la punta cardíaca se hace más craneal y redondeada. En la proyección lateral, el espacio retrosternal es radiolucente. A medida que el ventrículo derecho crece, el tracto de salida se expande anteriormente hacia el esternón ocupando parte del espacio restrosternal superior.

Crecimiento de la aurícula izquierda. La aurícula izquierda está situada en la cara posterior del corazón y no suele participar en la formación de los bordes derecho e izquierdo de la silueta cardíaca. En el plano frontal existen tres signos de crecimiento auricular izquierdo: doble contorno derecho, aumento del ángulo de bifurcación tra-queobronquial y prominencia del tercer arco izquierdo. Cuando la aurícula izquierda crece su borde derecho puede llegar a identificarse y aparecer un doble con torno en el lado derecho del corazón. La prominencia anormal de la orejuela izquierda en el lado izquierdo de la silueta cardíaca en el plano frontal provoca una importante convexidad del tercer arco izquierdo, entre la arteria pulmonar y el ventrículo izquierdo. Al estar la aurícula izquierda situada debajo del ángulo traqueobronquial, el crecimiento auricular izquierdo puede originar la horizon-talización del bronquio principal izquierdo y, en consecuencia, un aumento del ángulo carinal. En las proyecciones lateral y oblicua anterior derecha se observa una notable prominencia de la cara dorsal cardíaca que condiciona un desplazamiento del esófago hacia atrás, identifi-cable mediante esofagograma.

Crecimiento de la aurícula derecha. La dilatación de la aurícula derecha se reconoce por la prominencia y el desplazamiento del borde derecho de la silueta cardíaca hacia la derecha. En la proyección oblicua anterior izquierda, la dilatación produce un abombamiento hacia delante del segmento supradiafragmático de la silueta. El diagnóstico radiológico de crecimiento auricular derecho está sujeto a muchos errores, ya que la cavidad puede ser desplazada con facilidad por otras estructuras cardíacas.

Crecimiento de la arteria pulmonar y de la aorta. El tronco de la arteria pulmonar forma el segundo arco izquierdo en la proyección frontal, entre el botón aórtico y la orejuela izquierda. El tronco de la arteria pulmonar puede aparecer dilatado en situaciones que condicionan un hipe-raflujo secundario a cortocircuitos de izquierda a derecha, en la hipertensión pulmonar, en la estenosis pulmonar y en la dilatación idiopática de la arteria pulmonar.

La aorta ascendente forma, junto con la vena cava superior, el arco superior del borde derecho de la silueta cardíaca en la proyección frontal. La aorta ascendente se elonga progresivamente con la edad, pudiendo aparecer dilatada en presencia de valvulopatía aórtica, hipertensión arterial sistémica, arteriosclerosis y disección de aorta.

La aorta descendente también se elonga progresivamente con la edad. Cuando está muy dilatada, principalmente por aneurisma arterioscleroso o disección, puede aparecer de forma prominente en el borde izquierdo de la silueta cardíaca.

Estudio de la circulación pulmonar

El flujo vascular pulmonar acostumbra a ser un buen reflejo de la fisiopatología del corazón. Dado que los vasos sanguíneos se visualizan claramente en la radiografía de tórax, la identificación de un patrón anormal por incremento, disminución o redistribución del flujo sanguíneo puede sugerir diversos trastornos. Los vasos pulmonares normales se irradian desde los hilios hacia la periferia, presentando una arborización y un afilamiento progresivos. En bipedestación, el flujo sanguíneo es mayor en las bases de los pulmones que en los vértices.

Hipertensión venocapilar. El primer signo radiológico de insuficiencia cardíaca izquierda es la hipertensión venocapilar pulmonar. Cuando la presión de la aurícula izquierda aumenta se produce una redistribución del flujo venoso pulmonar, con aumento del tamaño de los vasos de los vértices pulmonares y disminución de los de las bases pulmonares.

Edema intersticial. Cuando la presión venosa pulmonar supera a la presión osmótica del plasma, el líquido se acumula en el intersticio pulmonar. El aumento de la trama intersticial produce numerosas sombras lineales distribuidas uniformemente en los campos pulmonares. Esta apariencia radiológica del edema intersticial no es patog-nomónica de la insuficiencia cardíaca izquierda; otras alteraciones pueden cursar con aumento del grosor del tejido interticial pulmonar, incluyendo la fibrosis pulmonar, la linfangitis carcinomatosa, la sarcoidosis o la neumonía intersticial. Una de las manifestaciones más características del edema intersticial son las líneas de Kerley, que corresponden a los tabiques interlobulares edematosos. Las líneas de Kerley B son las más frecuentes y se indentifican como líneas horizontales, cortas y perpendiculares a la superficie pleural, localizadas en las bases. Las líneas de Kerley A son poco frecuentes, de 4-6 cm de longitud, irradian desde los hilios hacia zonas medias y altas, no se limitan a las bases y no se extienden hasta la pleura. El edema intersticial también puede manifestarse como un aumento de la sombra perivascular y/o peribronquial producido por el edema de la pared de dichas estructuras.

Edema alveolar. El edema alveolar se produce cuando el espacio intersticial queda sobresaturado de líquido, por lo que éste fluye a través de las paredes alveolares a los espacios aéreos pulmonares. La distribución de estas opacidades es difusa, más aparente en los dos tercios internos (perihiliar), creando un patrón en alas de mariposa. En ausencia de hipoproteinemia, el patrón normal corresponde a presiones capilares inferiores a 12 mm Hg; cuando hay redistribución vascular la presión capilar es de 12-18 mm Hg; el edema intersticial corresponde a presiones capilares de 18-22 mm Hg, y por encima de 22 mm Hg suele haber edema alveolar. Otros signos frecuentes en la insuficiencia cardíaca son el edema cisural y el derrame pleural, predominantemente derecho.

Hipertensión arterial pulmonar. En la hipertensión arterial pulmonar, tanto primaria como secundaria, la circulación pulmonar periférica está disminuida y se acompaña de dilatación del tronco de la arteria pulmonar, así como de la parte proximal de la arteria pulmonar derecha e izquierda. De forma característica, las arterias segmentarias son normales o están reducidas de calibre, de forma que hay disparidad notable entre el tamaño de las ramas pulmonares centrales y las periféricas.

Hiperaflujo pulmonar. Cuando el flujo pulmonar aumenta los vasos pulmonares se dilatan y se hacen más prominentes. Aumentos poco importantes pueden verse en estados circulatorios hipercinéticos, como la anemia, el hipertiroidismo o el embarazo. Cuando hay un cortocircuito de izquierda a derecha pequeño, el incremento del tamaño de los vasos es inexistente o está confinado a los lóbulos inferiores. La plétora pulmonar sólo aparece en cortocircuitos de izquierda a derecha con clara elevación de la relación flujo pulmonar/flujo sistémico.

Disminución del flujo pulmonar. Cuando el flujo pulmonar disminuye los vasos se estrechan y las ramificaciones de pequeño tamaño dejan de ser visibles, por lo que los pulmones aparecen anormalmente radiolucentes. Cuando la disminución es global debe sospecharse obstrucción en el tracto de salida del ventrículo derecho o cortocircuito de derecha a izquierda. Una disminución regional de la perfusión pulmonar debe sugerir embolia pulmonar.

Estudio de las calcificaciones cardíacas

La radiología tiene un papel importante en el diagnóstico de las calcificaciones cardíacas y pericárdicas. Aunque algunas calcificaciones pueden tener escaso interés clínico, otras son de extraordinaria importancia para confirmar el diagnóstico y valorar la gravedad de una cardiopatía determinada. Los métodos más adecuados para detectar las calcificaciones cardíacas son la radioscopia con amplificador de imágenes, la tomografía computarizada y la cinerradiografía.

La presencia de calcio en las válvulas cardíacas sugiere una valvulopatía hemodinámicamente significativa, con una válvula muy afectada y, por consiguiente, poco apta para su reconstrucción. En la válvula mitral la calcificación puede medir 2-4 cm y es secundaria a estenosis mitral reumática. La calcificación valvular aórtica en pacientes menores de 40 años de edad comporta, por lo general, una estenosis aórtica grave de etiología congénita o reumática. La situación de la calcificación permite diferenciar la calcificación valvular mitral de la aórtica.

Es importante diferenciar la calcificación de las valvas de la válvula mitral y del anillo mitral. La calcificación del anillo mitral es mucho mayor que el orificio mitral y adopta una forma en J o U.

La calcificación del pericardio suele deberse a pericarditis tuberculosa. Aunque puede haber calcificación pericárdica sin constricción, ésta acostumbra a estar presente si la calcificación es extensa. La calcificación aparece en forma de círculo denso que envuelve parcial o totalmente al corazón. En ocasiones puede moldear el surco AV.

Las calcificaciones situadas en los ventrículos, secundarias a aneurisma o a trombosis intraventricular, pueden ser difíciles de diferenciar de las pericárdicas, aunque suelen localizarse más profundamente dentro de la silueta cardíaca y se limitan a una cavidad ventricular. El depósito de calcio puede asentar, también, en la aurícula izquierda, ya sea en su pared o en un trombo organizado, casi siempre en presencia de valvulopatía mitral reumática de larga evolución.

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