La esquizofrenia tiene un curso y un pronóstico variable según pero es siempre una enfermedad crónica y deteriorante en algún grado; después de cada episodio (o “brote”) de la enfermedad el paciente puede no alcanzar el nivel de funcionamiento previo y sentirse cada vez peor.
Teniendo en cuenta esta cronicidad de la esquizofrenia, se habla de Trastorno Esquizofreniforme en pacientes con síntomas de esquizofrenia pero menos de seis meses de evolución. Muchos pacientes esquizofrénicos pueden haber tenido por esto el diagnóstico previo de Trastorno Esquizofreniforme.