Si las aguas siguen su cauce, sin ningún suceso inesperado que las perturbe, no es arriesgado decir que el siguiente curso académico comienzo lo que más que una pasión o un sueño, es para mi un proyecto de vida, una forma de vivir y poner nuestro pequeño granito de arena, ayudando a aquellas personas que lo necesitan cuando se encuentran en su momento más vulnerable.
Pero antes que nada me presento, mi nombre es Jordi y nací en Barcelona hace 21 años. Mi historia es la de una bala perdida, ya entenderéis por qué digo esto. Desde pequeño tuve un gran gusto por la música y el arte, así como por el deporte, pero también me fascinaban las ciencias como la astronomía, la curiosidad de descubrir el por qué de las cosas. Aunque como podréis imaginar, hay cosas que se escapan a la mente de un niño de 7 años, como aún hay otras tantas que se resisten a los investigadores más brillantes.
Como todos, fui creciendo, y me encontré con 16 años ante una pregunta que me atormentaba... ¿Qué es lo qué quiero hacer con mi vida? Sabía que los estudios se me daban bien, pero necesitaba encontrar algo que me motivara, que despertara esa chispa en mi interior. De esto en parte dependia la elección de la modalidad de bachillerato...
Sopesé mis opciones y algo en mi interior me susurraba "medicna, medicina, medicina..." pero aún con actitud infantil, me dejé amedrentar por ese número de referencia espantosamente alto al que llamamos "nota de corte" - es imposible - pensé.
La realidad es que acabé escogiendo un bachillerato de artes escénicas, por hacer algo que me diera acceso a la universidad mientras maduraba que decisión tomar al respecto. De modo que cogí mi guitarra y mis dudas y comencé un bachillerato de artes... El problema realmente vino cuando se acercaba el final del primer curso; las cosas empezaban a estar claras, había valorado toda la lista de titulaciones universitarias habidas y por haber y llegué a una agónica conclusión. Medicina era mi camino, habia descartado todas y cada una de las opciones restantes, no podía dejar esa espina retorciendose en mi interior. De modo que la situación era la siguiente, me encontraba con una media de bachillerato mediocre para mi objetivo, y sin cursar las materias que necesitaba para selectividad... ¿Qué podria salir mal?
La respuesta corta es todo... de este modo me mentalicé, acabé bachillerato casi por obligación habiendo tirado la toalla, descuidando la nota... Pero no todo era tan oscuro como puede parecer en este momento, puesto que a pesar de sentirme profundamente disgustado por la situación, tenía bien claros mis próximos pasos.
Me informé bien al respecto, y comencé un grado superior de actividades deportivas, mientras preparaba la parte especificaba de selectividad que tanto necesitaba. Hasta aquí todo bien... Pero no, una lesión en el cuádricep izquierdo me impidió continuar, sumandole algún altibajo... Acabé dejando ese CFGS, estaba frustrado y sabía que se me acababan las oportunidades. No sólo estaba acabando con mi propia paciencia, sinó también con la de mis padres! Utilicé lo que restaba de ese año para preparar química y biologia, y el curso siguiente, sabiendo que posiblemente era mi última oportunidad, sin tener más ases bajo la manga, comencé otro CFGS, esta vez de la rama sanitaria... actualmente estoy acabando segundo curso, y matematicamente dentro de medicina por el momento (cruzo dedos)...
Ahora me conoces un poco más, sabes como he llegado hasta aquí a día de hoy, pero si estas leyendo esto, probablemente tú también tengas tus motivos para estudiar medicina. Personalmente pienso, que aunque no seamos conscientes cuando sucede, todos los que perseguimos este objetivo, tenemos un suceso desencadenante, algo que te abre los ojos y te lleva a escoger este camino.
No expondré mis motivos puesto que son muy personales, pero si diré que no puedo mirar a otro lado cuando alguién delante tuyo necesita ayuda verdaderamente, una ayuda en la cual sabes de antemano que cada minuto es importante, porque existe un punto de no retorno, una linea roja apartir de la cual nada volverá a ser igual.
La única certeza que tenemos al nacer es que vamos a morir, pero lo importante es lo que decidas hacer entre medio, eso es lo que te hace grande.
Por eso medicina es mi camino, no importa cuántos obstaculos encuentre recorriendolo ni lo duros que estos sean. Yo lo tengo claro.
Pero antes que nada me presento, mi nombre es Jordi y nací en Barcelona hace 21 años. Mi historia es la de una bala perdida, ya entenderéis por qué digo esto. Desde pequeño tuve un gran gusto por la música y el arte, así como por el deporte, pero también me fascinaban las ciencias como la astronomía, la curiosidad de descubrir el por qué de las cosas. Aunque como podréis imaginar, hay cosas que se escapan a la mente de un niño de 7 años, como aún hay otras tantas que se resisten a los investigadores más brillantes.
Como todos, fui creciendo, y me encontré con 16 años ante una pregunta que me atormentaba... ¿Qué es lo qué quiero hacer con mi vida? Sabía que los estudios se me daban bien, pero necesitaba encontrar algo que me motivara, que despertara esa chispa en mi interior. De esto en parte dependia la elección de la modalidad de bachillerato...
Sopesé mis opciones y algo en mi interior me susurraba "medicna, medicina, medicina..." pero aún con actitud infantil, me dejé amedrentar por ese número de referencia espantosamente alto al que llamamos "nota de corte" - es imposible - pensé.
La realidad es que acabé escogiendo un bachillerato de artes escénicas, por hacer algo que me diera acceso a la universidad mientras maduraba que decisión tomar al respecto. De modo que cogí mi guitarra y mis dudas y comencé un bachillerato de artes... El problema realmente vino cuando se acercaba el final del primer curso; las cosas empezaban a estar claras, había valorado toda la lista de titulaciones universitarias habidas y por haber y llegué a una agónica conclusión. Medicina era mi camino, habia descartado todas y cada una de las opciones restantes, no podía dejar esa espina retorciendose en mi interior. De modo que la situación era la siguiente, me encontraba con una media de bachillerato mediocre para mi objetivo, y sin cursar las materias que necesitaba para selectividad... ¿Qué podria salir mal?
La respuesta corta es todo... de este modo me mentalicé, acabé bachillerato casi por obligación habiendo tirado la toalla, descuidando la nota... Pero no todo era tan oscuro como puede parecer en este momento, puesto que a pesar de sentirme profundamente disgustado por la situación, tenía bien claros mis próximos pasos.
Me informé bien al respecto, y comencé un grado superior de actividades deportivas, mientras preparaba la parte especificaba de selectividad que tanto necesitaba. Hasta aquí todo bien... Pero no, una lesión en el cuádricep izquierdo me impidió continuar, sumandole algún altibajo... Acabé dejando ese CFGS, estaba frustrado y sabía que se me acababan las oportunidades. No sólo estaba acabando con mi propia paciencia, sinó también con la de mis padres! Utilicé lo que restaba de ese año para preparar química y biologia, y el curso siguiente, sabiendo que posiblemente era mi última oportunidad, sin tener más ases bajo la manga, comencé otro CFGS, esta vez de la rama sanitaria... actualmente estoy acabando segundo curso, y matematicamente dentro de medicina por el momento (cruzo dedos)...
Ahora me conoces un poco más, sabes como he llegado hasta aquí a día de hoy, pero si estas leyendo esto, probablemente tú también tengas tus motivos para estudiar medicina. Personalmente pienso, que aunque no seamos conscientes cuando sucede, todos los que perseguimos este objetivo, tenemos un suceso desencadenante, algo que te abre los ojos y te lleva a escoger este camino.
No expondré mis motivos puesto que son muy personales, pero si diré que no puedo mirar a otro lado cuando alguién delante tuyo necesita ayuda verdaderamente, una ayuda en la cual sabes de antemano que cada minuto es importante, porque existe un punto de no retorno, una linea roja apartir de la cual nada volverá a ser igual.
La única certeza que tenemos al nacer es que vamos a morir, pero lo importante es lo que decidas hacer entre medio, eso es lo que te hace grande.
Por eso medicina es mi camino, no importa cuántos obstaculos encuentre recorriendolo ni lo duros que estos sean. Yo lo tengo claro.
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